viernes, 1 de enero de 2010

Carta a Sus Majestades

Queridos Reyes Magos:
Hace mucho que no les escribo, pero es que perdí la fe en ustedes. De repente un día, alguien me obligó a dejar de soñar y tuve que crecer. Y se acabaron los vasos de leche con galletas que preparé durante muchos años para ustedes y sus camellos.

No sé si siento decepción. A veces dudo qué hacer cuando yo tenga hijos. Cómo actuar respecto a vuestra existencia. ¿Seré yo un buen Rey Mago?

Recuerdo que mis cartas siempre empezaban explicando lo buena que había sido ese año porque mis padres me habían dicho que si era mala, ustedes no me traerían regalos.

Ahora he crecido y - no sé si por su culpa o por obediencia-, decidí siempre ser buena, cada vez mejor, siempre intentar superarme. Hoy me pregunto qué he conseguido con eso, cuando, en realidad, cuanto mejor soy con los demás, más decepción siento ante lo recibido.

Puede parecer que actúo con bondad por interés, por recibir. Pero no es mi caso. Siempre hago todo lo que está en mi mano y más, por los demás. Incluso me vuelco más por el resto que por mí misma. Nunca busco algo a cambio. Es puro placer. Me siento realizada como ser humano. Pero cuando, lo que obtengo a cambio, es desprecio o algún tipo de respuesta o actuación que me haga sentir insignificante o desvalorada, es cuando pierdo las ganas de continuar así y aumenta mi desaliento.

No quiero regalos.

Quiero que usen su magia.

Necesito que borren en mí el sentimiento de decepción conmigo misma y con los demás y los miedos que, a veces, me impiden seguir adelante. Necesito que me abran los ojos y me permitan encontrar lo que busco. Necesito no sentir que, frente a la vida, me encuentro con unas gafas de sol que impiden a mi vista ver la realidad.

Pero por encima de todo, necesito que consigan que nadie se atreva a repetirme que el amor no existe y que, en este mundo, hay gente vacía que no puede aportar nada. A cambio, entrégales la felicidad que se merezcan y, si aceptan, permítanles que sepan ver dentro de, incluso, el más miserable de los seres. Y, para aquél que no crea en el amor, decidan ustedes si mostrarle su error o no.

No sé hasta dónde ha alcanzado mi maldad o mi bondad de este año ni soy capaz de evaluarla, ni siquiera sé si merezco que se me cumpla lo que pido. Decidan también ustedes.

Un saludo,
Una chica cualquiera.

2 comentarios:

irenita_gal dijo...

No te sientas así, vales mucho como persona, eso es algo que podemos comprobar todos y cada uno de los que te rodeamos, aunque no siempre sepamos hacertelo ver o no sepas verlo.
Ojalá y los reyes magos usen su magia. Yo tampoco quiero regalos, al menos materiales

Ana_SepulvedaG dijo...

veo que estás decepcionada con algunas palabras dirigidas a ti hace unos días. No creo que la magia exista, aunque tampoco pierdo la fe. Tómate lo que ves como críticas, como consejos. porque todos intentamos ser buenos, y no siempre lo somos. Por ello, hay que aceptar lo que la gente que más nos quiere nos dice, para continuar por el buen camino. No dudo que todo el mundo tenga algo que ofrecer, y tú tienes mucho. Por eso creo que no debes malgastarlo con cualquier sapo de las lagunas de villafranca sino con un príncipe del país de los sueños.
Y es sólo una humilde opinión.