miércoles, 2 de diciembre de 2009

No te vayas de mi lado

Te ordeno que te quedes aquí, conmigo. Aún no puedes marcharte y dejarme sola, todavía tienes que enseñarme muchas cosas, contarme mil historias de esas que tanto te gusta relatar y que casi parecen de película. No he tenido tiempo de escucharlas todas.
Aún tienes que regañarme por no hacerme la coleta y dejar que todo el pelo se me venga a la cara, porque, a veces, se me olvida. O reavivar en mí algunos remordimientos por haber regalado mi pureza, aunque me incomode.
Aún tienes que esperarte para dar cizaña a quien quiera que traiga mi "mortaja". Tienes que criticarle por no creer demasiado en Dios o no ser lo suficiente conservador, maduro y responsable para mí, aunque luego lo vayas a querer como a uno más, únicamente por el hecho de haberlo escogido yo.
Tienes que verme todavía en una orla con mi título universitario y recordarme que no valgo menos que nadie mientras le echas leña a la hoguera (porque tu casa está fría, siempre está fría, sólo se soporta porque tú sigues ahí).
¡Madre mía! Además, ¿qué pasaría con tus gallinas, tus gatos, tu perro y tus plantas? ¡Uy, uy, uy! No hay nada listo para cuando te vayas, así que, decidido: te quedas. No puedes irte de mi lado.

jueves, 26 de noviembre de 2009

NPEST

¿Qué será de ti sin mí y con ella? Ni siquiera sé si ella puede darte sólo la mitad de amor del que yo desprendo por ti. Pero se te ve feliz y se supone que es eso lo que me ayuda a soportar los inviernos sin ti. Sin embargo, es una obviedad que lo que me permite sobrevivir no es otra cosa que ese pequeño momento del viernes en el que, entre todas las miradas, sólo existe la tuya fija en la mía, manteniendo firmemente ese hilo o lo que quiera que sea que me une siempre a ti en la distancia y mantiene viva esta llama que por más que soplo no consigo apagar.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Lo que me da miedo es no poderte tener algún día...y no sé hasta qué punto puede ser realidad

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Y esta es mi vida sin ti pero contigo


Siento que nunca llega el momento de volverte a ver, que no volveré a sentir tus labios en mi piel, que no tendré tiempo de volver a disfrutar de tus ojos fijos en mí, devorándome, sin miedo a que nadie pueda vernos, sin tener que vernos a altas horas de la madrugada a escondidas...como si querernos fuese pecado.
Me calé hasta los huesos de ti, me acostumbré a tenerte en mi vida y me adherí a ti...y acabé columpiando mi corazón y regalándotelo para siempre. Ya lo sé, nos hicimos daño, y no sé qué es lo que me ocurre, pero es como si hubiese perdido la cabeza y voy sin rumbo a ninguna parte sin poder querer a nadie por quererte a ti. Y me duele pensar que debiste dejar mi corazón en medio de algún callejón por miedo a enfrentarte a él todos los días... y ahora debe estar jugando con él algún perro abandonado...porque me duele.
Pero mientras, sobrevivo en algún lugar perdido de mi mente, donde aún huele a ti cuando te recuerdo…

lunes, 2 de noviembre de 2009

Huir o luchar

Con lo fácil que me fue dormir sin ti cuando te tuve entre mis brazos y lo complicado que me resulta conciliar el sueño ahora que no eres mío. Me diste una miel que no se agota con los años y yo ya no sé si quiero comer más. Tú te empeñas a ratos por sacarme de tu vida y a ratos por no dejarme marchar. Y yo, incapaz de respirar sin ti, aguanto con lo poco que me das.

Ya no sé si amarte me resulta un placer o una desgracia porque, con los años, te has convertido en una perdición que, al mismo tiempo, me da la vida.

El amor que corre por mis venas me quema, necesito disminuir la temperatura si no quiero llegar a evaporarme. Deseo tanto besarte que, cuando me das la oportunidad, tiemblo de pasión. Y, en realidad, no es que quiera únicamente hacerte el amor, lo que quiero es que seas sólo mío de una vez. Así que llévame a la cama o piérdeme para siempre de una vez por todas, que estoy harta de tu juego de tentaciones.

martes, 20 de octubre de 2009

8 letras


Hasta donde alcanza mi memoria, siempre he tenido cierto interés en conocer a fondo para qué sirve un corazón, su debilidad, su fortaleza, su alegría y su tristeza...y, en particular, siempre he tenido muchísimo interés en conocer a fondo el mío.

Nunca he sido de besos sin amor -eso siempre lo tuve muy claro- y, sin embargo, me enamoraba con facilidad. Pero, historia tras historia, siempre acababa (y acaban; me pregunto si es cierto eso que dicen de "los finales felices son historias sin acabar") mal. A mí ya me da por dejar de confiar durante un tiempo en la esperanza, a ver si se le va la tontería y, tras una bonita reconciliación, vuelve con más fuerzas y a por todas, la pobre.

Por suerte o por desgracia, cada cual de los hombres de esas historias me han parecido -como dice Sabina- "Y, aunque sé que no era la más guapa del mundo, juro que era más guapa que cualquiera" y no me refiero precisamente a lo físico: cada cual hacía que me pareciese más especial que cualquiera y, tal vez también, que yo me sintiera especial, porqué no.

Como hace unas semanas...
En realidad, no era la primera vez que me dio por convencerme a mí misma de que se habían acabado los amores que terminan en desamor (que ya parece que me ha dado por coleccionarlos). Y, sin embargo, una vez más, llegó alguien que consiguió que hiciera una excepción. Me regaló las últimas semanas de un verano que estaba teniendo toda la pinta de ser inolvidable en muchos aspectos. Tampoco me ha dado nunca por tener demasiada fe en los amores de verano (aunque mi mejor historia, la cual espero poder continuar algún día, surgió en uno de ellos), pero me dejé llevar y me convenció. Le dejé entrar en mi vida y, en mitad del último “te quiero” que dejó escapar de sus labios, me privó de ellos para siempre.

Ahora, no hay día que pase que no dude acerca de si debo sacarlo de mi vida (tal y como ya pasó hace muchos años, por causas ajenas a ambos) o hacer de tripas corazón e intentar una especie de amistad que no sé hasta qué punto es verdadera... (¿Cómo se consigue una amistad cuando hay sentimientos y pasiones de por medio, por ambas partes?). De momento, aquí está, en todos y cada uno de mis días, haciéndome feliz con su voz todas las noches y desgraciada todas las mañanas, cuando la realidad vuelve a apoderarse de mí.

Yo nunca le dediqué de mis labios nada similar a los dos te quiero que me soltó - y que recuerdo perfectamente - y no porque no sintiera nada, sino porque tiene más importancia de la que parece y yo ya no me atrevo a decir nada semejante si no ando sobre seguro. Así que, gracias, gracias a todos vosotros, a todos los hombres que sois así, a los protagonistas de mis historias: gracias, ahora temo que no diré te quiero en mucho tiempo, y no porque no lo sienta, sino por autoprotección y, sobretodo, porque yo quiero devolverle a esas 8 letras LA IMPORTANCIA QUE LES HABÉIS ROBADO, ¡joder, qué os habéis creído!

jueves, 20 de agosto de 2009

No te iba a olvidar por venir a Madrid


Besaría cada poro de tu piel si me dejaras. Sobreviviría a una 3ª Guerra Mundial por estar contigo a su final. Si hubiese sabido que aquel beso iba a ser el último, no habría vuelto a la pista de baile de aquella boda. Si hubiese sabido que aquella noche sería la última noche, no habría dejado que hicieras las maletas y te fueras de aquí. Si hubiese sabido que hoy en día no ibas a ser mío, habría guardado todos nuestros mejores recuerdos en una cajita, para llorarles alguna vez. Si hubiese sabido que hoy en día no ibas a ser tú quien me tocase, no habría dejado que se acabase nunca...
Y sé que, si se trata de esperar, esperaré por ti, aunque a veces me invada el miedo a perder mis años, porque si he llegado hasta aquí amándote a ciegas, superaré lo que venga ahora que sé que tú también me sigues queriendo, y porque sé incluso, que no podría amar a nadie como te amo a ti. Y tú, tampoco. Mientras, recordaré nuestro primer beso y nuestro último encuentro. Y si no te tengo a los 27 (Dios vendiga los tratos entre jóvenes enamorados), siempre me quedará saber que, aunque no me pertenezca tu cuerpo, fuiste, eres y serás sólo mío, y yo no tendré ningún otro dueño.

jueves, 2 de julio de 2009

Verde

Verde que te quiero verde.
Verde viento, verde rama.
Verde Portugal, verde el puerto, verde el mar.
Todo verde.
Verde la brisa, verde toda la vista.
Todo verde.
Verde tú, verde yo.
Y 800km de camino verde, hasta que llegue a ti -verde ya también- para decirte un adiós con lágrimas verdes que ya no podrás escuchar porque no llegué a tiempo, un adiós verde con el que cargaré toda mi vida, porque mi voz no estuvo entre las últimas que escuchaste, y mi adiós tampoco.
Y yo que pensaba que sino decía adiós nadie se iría nunca. Y ahora todo es verde, y no he dicho adiós. Y nunca te dije que te quería.
Cobarde yo.
Pero recordaré tu suave piel, mi último recuerdo, lo último que tuve de ti, que no era verde, y a ti, que eras de todo menos verde. Y querré cada recuerdo, hasta lo que odié de ti en vida, y te lloraré en soledad, lloraré tu verde ausencia y lo que quede de ti, y sonreiré ante los demás y contestaré un verde "sí, estoy bien" y daré las gracias por preguntar, pero seguiré sintiéndome sola en medio de un montón de gente que no sabe nada de mí y preguntándome por qué aquellos a los que necesito no están conmigo.
Y los verdes días seguirán, y nos ayudaremos unos a otros en tu ausencia, y caeremos y nos levantaremos. Y te echaré de menos toda la vida, aunque toda la vida sea demasiado tarde para una despedida que nunca llegó.

jueves, 18 de junio de 2009

"Te digo adiós y acaso te quiero todavía, pero te digo adiós.
Me queda tu sonrisa dormida en el recuerdo y el corazón me dice que jamás te olvidaré pero al quedarme sola pensando que te pierdo tal vez empiece a amarte como jamás te amé..."
Me dijo adiós. Por eso yo le dije adiós a él, aunque no quería. Habría luchado hasta no poder más, pero no me dio esa oportunidad. No me dio tiempo para hablarle de las dificultades que nos presenta el amor para ponernos a prueba y lo bien que se siente uno al superarlas una a una... cuando ya se había despedido. No tuve tiempo de llorar con él, aunque alguna vez reímos. Nunca fuimos al cine ni le obligué a ver ninguna comedia romanticona de esas que siempre acaban bien, ni comimos chocolate hasta reventar, ni hizo que mi cama dejara de estar vacía, ni conoció la mitad de mis manías, ni me dijo "Te quiero" mirándome a los ojos...No dio tiempo, porque me dijo adiós antes de que me diera cuenta y, una vez más, pasé a ser la más desamparada de todas.
"Te digo adiós y acaso con esta despedida mi más hermoso sueño muere dentro de mi, pero te digo adiós para toda la vida aunque toda la vida siga pensando en ti.
Te digo adiós" pero aceptaría que volvieras...

martes, 16 de junio de 2009

Aún no...

No entiendes nada de lo que te digo. No puedo decirte que necesito estar contigo a todas horas. No puedo darte siempre lo que me pides. No puedo complacerte en cada momento. No puedo hacer siempre lo que tú quieras. No puedo entregarme toda. No puedo contarte que cada noche que duermo sin ti, me siento sola. Que cada momento que no estoy contigo te echo de menos, que recuerdo hasta tu olor, que podría dibujar perfectamente cada rasgo de tu cuerpo, que necesito sentirte a mi lado, que sólo con recordarte sonrío. No puedo porque entonces sabrás que eres mi debilidad, te acostumbrarás a mí y pensarás que no necesitas luchar más por conseguirme porque ya me tienes, se habrá acabado todo lo nuevo y no me quedará tiempo para disfrutar de ese cosquilleo que siento cada vez que me rozas, cada vez que me besas o me susurras cualquier tontería al oído...y estaré perdida porque sabrás que soy completamente tuya. Aún no puedo.

sábado, 16 de mayo de 2009

¿Por qué resurge este sentimiento de culpa (¡otra vez!)? Tú has rehecho tu vida, desaparece de la mía y déjame ser feliz con alguien que es capaz de luchar por mí y con quien consigo estar agusto, al fin. Y llámame puta, como te encantaba decirme para hacerme sentir mal cada vez que algún otro fijaba sus ojos en mí y yo, a cambio, le mostraba mi intensa mirada (esa que, en teoría, ya no te pertenece) aunque no estuviésemos juntos y aunque fuese a ti a quien amaba con todo el alma. Así que insúltame, ya me da igual, porque "en teoría" se supone que lo he superado, que no me afecta, que te he olvidado...pero no es así: sigo soñando contigo, sufriendo por ti y, cada vez que intento algo nuevo con alguien especial, llegas y lo estropeas todo y vuelven mis lágrimas cuando decido entregarme a alguien que no eres tú y me empeño en ser una jodida infeliz de por vida. ¿Por qué? Borraría todos tus recuerdos sino fuesen lo que me dio la vida...Déjame tranquila.

lunes, 4 de mayo de 2009

Mi pasado me perseguía y yo no paraba de correr. Las piernas empezaban a fallarme y yo era consciente de que caería en cualquier momento. Estaba completamente perdida y sola, no había nadie conmigo. Toda esa gente que siempre dijo que me querría eternamente, había desaparecido. Me habían abandonado y, con ellos, se llevaron los años que compartimos. Me habían dejado sola... y ahí estaba yo, corriendo, huyendo de mi pasado. Pero freno de golpe, en seco: un abismo. No sé volar. El pasado cada vez se acerca más, en unos segundos alcanzará mi posición y yo no sé volar. Ni sé enfrentarme a él. Estoy bloqueada. No puedo decidir. Miro a mi atacante a los ojos y sólo la idea de luchar contra él hace que me tiemblen las piernas. Y, sin oportunidad de reaccionar, caigo al vacío. Sin saber volar. Comienzo a sudar, presa del pánico...
Llena de miedo abro los ojos, alterada. Y te veo ahí, a mi lado, con los ojos cerrados, sin que tu cuerpo roce siquiera un milímetro de mi piel, aferrado a mi almohada como si en ello te fuera la vida. De repente, me da por pensar cuánto me querrás y si algún día me abrazarás a mí así. Echo un último vistazo a tu imagen y vuelvo a dormirme, ahora más tranquila al saber que estás conmigo.

domingo, 26 de abril de 2009

¿Café?

-¿Quieres un café?
- De acuerdo...En realidad, ¿sabes qué? No puedo.
- Oh como quieras.
- No puedo sentarme a tomar café contigo.
- De acuerdo.
- Te quiero, sé que la otra noche no significó lo mismo para ti que para mí, pero no pienso arrepentirme y no he dejado de pensar en ello desde que pasó, no sólo porque fue genial, que lo fue, sino porque era perfecto, algo especial, quizá tú no puedas verlo ahora mismo pero yo sí y si tengo que esperar a que tengamos 80 años a que te des cuenta, te esperaré. No voy a ninguna parte, se acabó para mí, eres única para mí, no puedo hacer como que no siento eso, no puedo hacerlo. Lo siento.

"If there is such a thing as fate, it will bring these two together at last."

viernes, 24 de abril de 2009

Doctor Zhivago

Aunque me duela y la parte más realista de mi mente dude si aún me merece, sigo enamorado de Lara. Nací romántico y platónico, ¿cómo hubiese podido evitar prendarme de un ángel? Si pudieran sentir cómo su inocente belleza les acaricia el alma, si la hubiesen visto entonces, me comprenderían, disculpando una debilidad que para mí fue fuerza, cotidiana supervivencia en unos tiempos que, como las paredes del invierno, se oscurecieron y enfriaron demasiado pronto, casi a traición: “Trabajaba apaciblemente; todo en ella era armonioso: la espontánea rapidez de sus movimientos, la estatura, la voz, los ojos grises y el color dorado de sus cabellos”. Cuando la conocí, Lara tenía dieciséis años, pero el desarrollo de su cuerpo y su inteligencia la hacían parecer mayor. Calculo que eso debió ser a finales de 1904 o comienzos del año siguiente, porque la guerra contra Japón aún no había terminado y el dilatado y tenso ciclo revolucionario que doce años después cambiaría por completo el rostro de la Santa Madre Rusia estaba a punto de comenzar.

miércoles, 22 de abril de 2009

Derrumbada

Vuelven esas rachas en las que me invaden unas ganas de mandar todo a la mierda, no complicarme la vida y sentirme libre y convencerme de una vez de que yo no sirvo para luchar. ¿Cuánto tiempo necesito para darme cuenta de que no soy capaz, de que no puedo con lo que se me ha venido encima y lo mejor es sacar la bandera blanca? Estoy por pintarme en la frente algo como "PEACE" (como hacen los periodistas en países en guerra: "PRESS") para que dejen de apuntarme los francotiradores de la frontera entre "ahora estoy dentro" y "mi despedida absoluta y definitiva". A veces me da por imaginar cómo sería mi adiós, qué echaría de menos y qué me echaría de menos a mí. Y lo peor es que no sé si sería más feliz; no porque lo desee, sino por estar con las mínimas complicaciones de una vez por todas.
Mi fin como ser humano es conseguir mi felicidad. ¿Y si mi felicidad no está aquí? ¿Y si no es esto lo que el futuro desea para mí? No creo en la felicidad eterna, creo en la felicidad temporal o, como mucho, esa felicidad que se consigue en una época en la que todo te va bien. Pero yo no sé si el mundo me guarda un cachito de felicidad o la parte que me corresponde ya está consumida.
Puedo dejar de luchar contra lo que "puede que ya esté escrito" o comprarme una goma de borrar y un bolígrafo gigantes y reescribirlo con mis palabras.
Lo pensaré...

sábado, 4 de abril de 2009

Mis propios pecados capitales

Tras un largo examen de conciencia que he decido hacer por confesar mi alma, me he dado cuenta de que soy un grandísimo desastre:
La gula, ese vicio desquiciado por el placer de comer, en mi caso, chocolate a todas horas, que me va a llevar a mi autodestrucción física.
Mi orgullo disimulable y la soberbia por querer ser la única, se me juntan con la envidia que siento cuando sé que estás con otras, y me producen una ira que me llena de indignación y enfados inútiles y de un dulce apetito de venganza hacia un par de sujetos que no me importaría tachar de mi vida, por muy raro que en mí resulte.
La lujuria por ese deseo sexual trastornado que, de vez en cuando, no consigo controlar ni a la fuerza y por el que seguro Afrodita estaría orgullosa de mí.
Además, por tu culpa, mis ganas de poseerte en cada momento que me plazca, me hacen pecar de avara, de codicia por desear besos y caricias a todas horas, hasta aborrecer, y de pereza por esa sensación que me asalta cuando tienes que marcharte y decirme adiós.
Y, para colmo, cabe recordar la tontería que me entra a veces por decirme que no creo en el amor y todo es deseo material, en un intento de creerme más feliz si así lo fuese. Por Dios, qué blasfemia.

Va siendo hora de cambiar.

sábado, 28 de marzo de 2009

Aquí una amiga y lloviznas

Se acercan malos días. Nos atacan lloviznas ligeras sin invitación, aunque se veían venir. Estarán varios días fastidiando mi buen humor mañanero porque no sabré qué zapatos ponerme. Iré descalza y sin proteger mi cuerpo de esas gotitas asquerosas que -más que agua- parecen ácido, sin importarme que estropeen mi ropa, porque es lo que se hace entre amigos. Y esperaré.
Esperaré a que pasen los días, observando el avance de la batalla entre el sol y las nubes sabiendo que alguno vencerá hasta que vuelva el otoño.
Y seguiré, como amiga leal y pacífica (que es lo que soy) y con mi lucha silenciosa, creando un infierno interior que no servirá para nada porque no habrá posible elección ni vencedor por mi parte, pero que me afecta hasta un punto inimaginable. Así que aquí estaré hasta que el aire se lleve estas nubes para charlar con el sol y ver qué me cuenta él sobre eso que tanto me puede de "amigos hasta la muerte y como la muerte es vida..."
(Creo que perdí todas aquellas cutre-poesías que ya no necesitaba tras encontrar mi versión acerca de la amistad. ¿Qué habrá sido de ellas?)

martes, 24 de marzo de 2009

Pero por fin viste París

Creo que he oído tu avión aterrizar. Te he echado de menos.
Ups! Eso no se dice. Se muestra.
Si no estás, te necesito. Si estás, ya está todo.
Love is like oxygen. Love de padres, love de hermanos, love de love, love de amigos. Da igual. It's like oxygen. Y yo necesito oxygen.
En pocos días, mil cosas raras se me han ocurrido.
¿Y a quién se las cuento si no estás tú?
¿Con quién las comparto?
Esto no puede ser. Deberían inventar algo que mantenga a la gente conectada las 24 horas al día. Algo en plan: yo pienso en ti y, automáticamente, te llega la idea a tu cabeza sin necesidad de marcar un número o perder el tiempo frente a una pantalla cuadrada que canse la vista. Y, si no lo inventan, voy a morir con mil comentarios de ideas raras en mi cabeza que no me dejaron compartir en el momento de su nacimiento con la única persona con la que puedo compartirlo.
Por cierto, tengo lentillas nuevas, no me entero de nada de mi examen del sábado, vuelven los agobios y el estrés, quiero una salida bohemia y tumbarme en un césped a leer, comerme un bocadillo de calamares y pasear por calles del rastro donde, a veces, siento que hay piojos en el ambiente y me pica todo el cuerpo.
Vaya mierda. Quiero ese invento ya.
Ah! Y quiero ropa nueva, que llega el buen tiempo.

lunes, 23 de marzo de 2009

Si me pongo en plan egocéntrico...


No sé el precio de las cosas ni el valor de los actos. Tiendo a pensar bien de la gente aunque, a menudo, me confunda. Me cuesta aprender de mis errores. Siempre me entristece recordar a la gente que he perdido y tiendo a revivir mis malos momentos. Me desvivo por la gente que está aún conmigo y me anima saber que confía en mí. Prefiero lealtad a fidelidad. Me pongo nerviosa si me miran fijamente a cualquier parte que no sea los ojos. No me gustan mis manos y suelo fijarme en las de los demás. Suelo llegar tarde a las citas. Me agobian los exámenes y pierdo los nervios con frecuencia. Me molesta que me hagan bromas y que hablen de mí aunque sea bueno. No critico si no es para mejorar. Es difícil tenerme como enemiga, pero no lo intentes porque pierdes más que ganas. No soy borde por naturaleza, pero no me busques. Guardo las cosas hasta que exploto y la lío. Hablo más con la mirada que con los labios. Tengo un par de amores pasados e intocables que nunca olvidaré y que vienen en el pack. Conservo amistades de todo tipo y a alguna la quiero más que a mí misma. No sé demostrar los sentimientos y suelo ahogarme. Odio que se despidan de mí diciendo "adiós" mientras exista el "hasta mañana". Soy muy sensible y me afecta todo lo que diga alguien que me importa. Lloro con las películas románticas. Sonrío con facilidad y soy muy nerviosa. Pocas personas se atreven a pronunciar mi nombre completo y, quien lo hace, es porque se lo ha ganado. Odio el sudor pero me sigue como mi sombra. Si no me ducho cada mañana no soy feliz. Me gustan los mensajes de buenas noches que no dicen nada y dormir entre mil almohadas. Tengo mucha ropa pero nunca sé qué ponerme. Si tengo un mal día, todo me va a sentar mal. Siempre estoy enamorada porque lo necesito para sonreír. Sigo mis impulsos y me cuesta decir no. Aún no me conoces, pero así soy yo.
Y, sin embargo, merece la pena tenerme a tu lado.

lunes, 16 de marzo de 2009

A tres metros del cielo - literalmente - me acordé de ti. Me pregunto a cuento de qué. Pude pensar en cualquier otra persona y, sin embargo, fuiste tú quien ocupó mis pensamientos. Te fijaste en mí porque soy distinta, o eso me confesaste un día de esos en los que te empeñas en meterte conmigo y yo me empeño en hacerme la ofendida. Te intereso porque parezco especial.
Parezco.
Despiertas mi curiosidad. Tienes algo que llama mi atención. Eres diferente. Estás tras una falsa careta (que no está muy mal) pero que esconde algo mucho mejor. ¿Por qué? La sensibilidad, el cariño, el gusto por la belleza del arte… Tengo la continua necesidad de conocerte más y más. Me tienes como a aquél que está muerto de sed y le das una gota de agua. Investigo cada gesto y analizo tus actos y tus palabras. Niño grande con corazón de terciopelo y dotado de la capacidad de ofrecer un cariño infinito, pidiendo a gritos que le enseñen a convertir una caricia en algo inolvidable y a la espera de un abrazo que le haga tiritar.
Mirando por la ventana de mi asiento 29-D (vaya mierda, me ha tocado pasillo) del avión, la maravillosa vista me engancha. Siento ganas de sentarme en una de esas nubes para descansar un rato, pero las alas del avión no paran de romperlas en cachitos y me joden la ilusión. Y vuelvo a pensar en ti. No entiendo por qué. La vida está llena de finales que no esperabas.

martes, 10 de marzo de 2009

Miente

Miénteme y dime que no me deseas, pero luego guíñame un ojo y búrlate de mi inocencia. Háblame del corazón y dime que me amas. Dime que no puedes vivir sin mí ni sin mi dulce locura y que día y noche me sueñas.
Inmerso en tus pensamientos, reconoce que pensabas en mí y en mi sonrisa adictiva. Reconoce que buscas abrigo en mi cuerpo y que, a todas horas, necesitas de mí.
Admite que desde que me conociste, día tras día, has deseado estar conmigo y que, cuando lo conseguiste, fui demasiado para ti. Admite que tienes miedo de reconocer que estás mejor conmigo que sin mí y bésame de una vez. Porque yo no aguanto más.

lunes, 2 de marzo de 2009

Julieta se dio cuenta tarde de que los dados estaban trucados desde el principio y apostó sin saber. Ingenua, siguió con el juego hasta perderlo todo.
Romeo, que no para de observarla, hace como si nada. Como si no la conociera. Como si no tuviesen un pasado en común, y un futuro esperándoles.
Orgullo asqueroso.
Julieta no lo detecta. Está demasiado dolida para volver al mundo real.
Van por distintas calles, calles de vergüenza. Sucias, peligrosas, oscuras y vulgares.
Soñando lo mismo.

Julieta, solloza: "Yo soñé tu sueño por ti, Romeo..."
Romeo, grita: "Tú me lo prometiste todo."
Y ambos, inútiles, imbéciles: "Te quiero como a las estrellas. Te querré hasta la muerte."

Cansada, Julieta toma un taxi que le deje en casa, recordando en el trayecto las caricias y susurros que tanto deseó, pensando que no debieron cumplirse y si volverán algún día. Enferma de amor, canta una serenata deprimiendo a todo el mundo.
Romeo se tumba en las sombras sin saber cómo preguntarle "¿Qué hay de nosotros, mi vida?"

Inútiles pensamientos. Pocas palabras. Falso comportamiento. Asqueroso orgullo.

lunes, 16 de febrero de 2009

"Qué ojos"

Y me refiero a los míos.
La ví este fin de semana. En la misma habitación, en la misma cama, misma postura, mismas enfermeras, mismos cables... Pero la ví mejor. Más guapa, incluso.
Sonreía, y me sentí relajada y bien por un momento después de tantos por estar ahí con ella. Haciéndola reír. Me besó en la mejilla, casi como hacen las abuelas, dándote mil besos y con mil ganas. Como hacía años que no lo hacía. Y quise llorar de la alegría de poder tocarla y acariciar esa piel tan suave que la caracteriza.
Seguía llena de moratones y un tanto depresiva, pero el color le había vuelto a la cara y las bolsas de los ojos le estaban desapareciendo. Y sólo por eso, yo ya estaba feliz.
Me miró fíjamente y con fuerza a los ojos y sonrió. "Qué ojos más bonitos tienes. Y qué grandes".
Sentí que algo me recorría el alma. ¿Qué significaba eso? No me lo esperaba. No supe qué responder. No había palabras en mis labios. Me quedé sin habla. Sonreí.
Cuánto la quise. Cuánto me quiso.
Quiero soñar que te he perdido o soñar que no te he amado y despertar luego y pensar que se ha cumplido. Quiero borrar todos mis recuerdos, no quiero que aparezcas en ninguno. Quiero olvidar todo y pensar que nunca jamás conseguirás nada mejor.
Me gustaría pensar que nada de esto ocurrió, olvidar el momento en el que te miré y supe que había perdido el control de mí.
Te prohibo terminantemente que me dediques una sola mirada de esas tuyas pícaras y cómplices. La próxima vez que me mires así te arrepentirás. Quédate con tus miradas pícaras o tus guiños y tus sonrisas con gancho. No los quiero. Trágatelos. Olvida todos los momentos en los que me acariciaste, olvida mi pelo y el tacto de mi piel, mi sonrisa en la oscuridad. No quiero que recuerdes nada de mí. No quiero que me recuerdes. Olvida que existo. Olvídame.

domingo, 8 de febrero de 2009

Hace viento en el hospital. Un viento nervioso. Veo desde las ventanas cómo agita fuertemente los árboles y sus hojas, y sus ramas. Parece que tiene personalidad, un carácter especial. Como si quisiese gritar algo importante. Hace que me duela la cabeza. Me agobia. Me falta la respiración.
Será el estrés. Y, de repente, sin darme apenas cuenta, debo desconectar por completo.
Y no puedo.
Y me agobio más.
Y mi cabeza no para de dar vueltas en busca de respuestas.
Y aumenta el extrés.
Y disminuye el tiempo que me queda.
Y se acercan los días clave.
Y yo sin estar preparada.
Y surgen problemas.
Y pierdo más tiempo.
Y me faltan días.
Y me sobran apuntes.
Y aparecen dudas.
Y debo tomar decisiones importantes.
Vida o muerte. Nunca mejor dicho.
Y decido.
Y la miro.
La observo con la mirada de una niña pequeña.
Y me asusta
Demasiados cables.
Demasiados moratones.
El ambiente no me gusta.
Hace calor.
No hay alegría.
Nadie sonríe.
La gente ha estado llorando.
Me nubla la vista el miedo.
Y entonces, sólo entonces, me doy cuenta de que la realidad me ha golpeado en toda la cara.
Y vuelvo a mirarla. Esta vez, con lágrimas en los ojos.
Pero no lloro.
No es ella. Cómo ha cambiado en tan poco tiempo.
Parece imposible.
Siento indiferencia hacia mí.
No entiendo la mirada.
No sé que pensar.
En un momento, es como si no nos conociéramos de nada.
Pero vuelvo a observarla.
Y sé que he decidido bien.
Lo correcto, por supuesto.

Y el tiempo sigue disminuyendo...
Y mi agobio aumentando.
Y me duele la cabeza. Pero he decidido.
Me duele mucho. Y me falta el aire. Me duele todo.
Y parece que no aguantaré más. Y lloraré, como si fuese algo frágil y necesitado. Y no lo soy. No lloro. Pero necesito gritar. Como el viento.
Estoy agotada, y quiero correr, pegar, cansarme, desestresarme, soltar la ira que me hace presa de mí misma.
Y quiero dormir doce horas seguidas y despertarme y no tener que hacer nada para hacerlo todo, y poder pensar en ella sólo una vez al mes, como ha sido siempre, sin visitarla los domingos y escuchádola hablar de lo perfectas que son otras y no yo, sin necesidad de entristecerme por no poder verla más.
Pero está viva, y sé que, sino lo estuviera, la echaría en falta.
Que tonta fui al pensar que no.
El viento aun grita y todo sigue igual. Incluso mi estrés y mi agobio. Menos mal.

lunes, 2 de febrero de 2009

Para nada arrepentida...

Yo siempre quise más. Un poco más. No podía conformarme, pedía más que cualquier otra. Te exigía tanto como tú a mí.

Cometí errores, pero siempre me encargué de pagar mi cuenta, de no dejar deudas a mi espalda.

Jamás me arrepentí de nada (pues nunca pensé que sirviese) si con ello aprendí algo.

Fui feliz como pude. A mi manera. E intenté que lo fueses tú. A mi manera.

Pude perder cosas. Sin embargo, sé que gané muchas otras.

Conseguí llevarme algo de cada día, para el baúl de los sueños olvidados.

Pero lo mejor de todo es que, si recuerdo que lloré, sé que también reí y sé que amé y, por ello, sólo por ello, sé que viví a mi manera y fui feliz contigo.

sábado, 31 de enero de 2009

Palabras

Me he dado cuenta de que las palabras tienen espíritu. Lo que se dice en un momento determinado, tiene consecuencias en un futuro SIEMPRE. La palabra la hemos convertido en algo que puede ser un talismán o una daga, si nos lo proponemos.
Parece ser que va a ser más útil permanecer con la boca cerrada antes que dejar escapar unos susurros, porque es cierto que el silencio es demasiado bello para ser ensuciado con palabras que no valen nada.
Y, sin embargo, la capacidad de insinuar y de sugerir a través de ellas siempre es tentadora.

martes, 27 de enero de 2009

No fui capaz de mirarle a la cara y, sin embargo, sonreí nada más verle. No puedo evitar que sólo su presencia me anime el alma, aunque a ratos desee no haberle conocido nunca.

sábado, 17 de enero de 2009

http://www.youtube.com/watch?v=8YFxgEp2O6c&feature=related

lunes, 5 de enero de 2009

Le juré amor eterno un día de fina y suave lluvia y fue en ese momento cuando marqué en el calendario la fecha de mi juicio final: hasta la muerte.
Y mi perdición.
Juré siendo jóven e inexperta. Entregué fuerza, alma y corazón. Mi vida no iba incluida, pero se unió. Y adiós a mi libertad.