martes, 1 de julio de 2008

Hay tormenta en mí

Desconozco a qué altura me encuentro pero observo a un Madrid dormido inconsciente de las primeras lágrimas causadas por una tormenta de lluvia que parece que no se decide a descansar por un tiempo. Los truenos juegan a su antojo sobre nuestras cabezas y sólo, de ven cuando, me dejan disfrutar de un momento de felicidad y tranquilidad. Está claro que la cosa se simplifica a ellos o a mí. o yo soy feliz y ellos actúan de vez en cuando (todo hay que respetarlo) o ellos hacen lo que les da la gana y yo, por su culpa, derramo lágrimas y dolor apoyada en una roca gritando en silencio a ese Madrid dormido que se niega a sonreírme y espera despertar mañana para vivir un día más y punto y seguido. Pues qué asco, creo que ya se han decidido. Bueno, ésta será mi roca, esos mis árboles y esto, todo esto será mi vista privada. Así soportaré la tormenta.

No hay comentarios: