viernes, 24 de octubre de 2008

Noches de tormenta

Cuando conseguí limpiar mi cara me miré al espejo y empecé a reflexionar por qué, después de 15 minutos de acabar la actuación, seguía llorando.
Todo el mundo merece una segunda oportunidad (o algo así decía la peli), y yo no me la he dado aún.
Vivo el presente contemplando fotos amarillas: en una piscina (y un beso) o en un sofá (entre caricias), en una roca (con timidez) ... Y pasa el tiempo y esas fotos evolucionan cada vez más rápido. Cada vez ese pasado está más lejos y sus sujetos más separados y la espera, por mi parte, no puede ser eterna.
Hay errores que se pagan demasiado caro y yo ya he tenido mi paga extra. Los intereses no paran de aumentar y con esta dichosa crisis yo ya no sé qué hacer.
A veces pienso que seré vieja y todavía no habré recuperado la pequeña parte del músculo rojizo que entregué, pero supongo que ya me habré acostumbrado a ello. Día tras día, me doy cuenta de que, sin saber ya nada de ti, aún mi vida gira a tu alrededor.
Y cometo un fallo, y otro, y otro, y otro...porque me turbias la mirada y ya no puedo ver.
Y de repente aparece mi Richard Gere como algo inesperado, curioso, interesante, que levanta mi inspiración. Pero vuelvo a pensar y entonces todo se torna oscuro, triste e imposible porque me he dado cuenta de que, aunque hay cosas que son mejor hablarlas, hay otras que tenemos que dejar pasar, aunque me duela el alma o aunque se convierta en una lluvia que aumente con los días, meses y años. Aunque llueva eternamente, hasta que yo me haya convertido en una vieja que mira su futuro en las fotos amarillas del pasado, que no se atrevió a cometer más errores y que fue perdiendo trocitos de corazón por el camino, por entregarlos y no pedirlos.
O también puede que deje de llover algún día y salga el sol, y que la siguiente lluvia me sea correspondida.

3 comentarios:

Ana_SepulvedaG dijo...

No te obsesiones con los trocitos de corazón que entregastes. Lo que das, es lo que recibirás. Es ley de vida, tarde o temprano las cosas volverán a su cauce y tú tendrás a tu enamorado borracho de amor por tí. Sé que no puedes vivir sin querer, y bien que haces. Yo no quiero, y eso es mucho peor. No entrego mi corazón, y se me está encangrenando (o como se escriba). Es mejor, cortar cuando es debido, porque si no, se jode todo y ya no hay solución. A mi corazón le queda poco para morir en vida. El tuyo, todavía tiene mucho que vivir.

supermaldita dijo...

hijas, sois más dramáticas... parecéis dieciochescas, seguro que no os habéis equivocado de época?

Lady of light dijo...

no, no nos hemos equivocado de época, estoy segura. en todas las épocas tiene q haber un poco de todo, lo único q pasa es q a nosotras nos ha tocado un personaje en un tiempo q no sabe ser agradecido!!!