martes, 24 de marzo de 2009

Pero por fin viste París

Creo que he oído tu avión aterrizar. Te he echado de menos.
Ups! Eso no se dice. Se muestra.
Si no estás, te necesito. Si estás, ya está todo.
Love is like oxygen. Love de padres, love de hermanos, love de love, love de amigos. Da igual. It's like oxygen. Y yo necesito oxygen.
En pocos días, mil cosas raras se me han ocurrido.
¿Y a quién se las cuento si no estás tú?
¿Con quién las comparto?
Esto no puede ser. Deberían inventar algo que mantenga a la gente conectada las 24 horas al día. Algo en plan: yo pienso en ti y, automáticamente, te llega la idea a tu cabeza sin necesidad de marcar un número o perder el tiempo frente a una pantalla cuadrada que canse la vista. Y, si no lo inventan, voy a morir con mil comentarios de ideas raras en mi cabeza que no me dejaron compartir en el momento de su nacimiento con la única persona con la que puedo compartirlo.
Por cierto, tengo lentillas nuevas, no me entero de nada de mi examen del sábado, vuelven los agobios y el estrés, quiero una salida bohemia y tumbarme en un césped a leer, comerme un bocadillo de calamares y pasear por calles del rastro donde, a veces, siento que hay piojos en el ambiente y me pica todo el cuerpo.
Vaya mierda. Quiero ese invento ya.
Ah! Y quiero ropa nueva, que llega el buen tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No entiendo el porqué de los malos y los buenos días. Los malos, que hacen que nos evaporemos de nuestra propia existencia siendo alguien que realmente no somos. Y los buenos, que nos permiten anhelar un día melancólico y bucólico.

Espero que se pase la mala racha ya, y volvamos pronto a nuestro ser. Sino, estoy perdida